(35) Y entró en su jardín injusto consigo mismo y dijo: No creo que todo esto vaya a desaparecer nunca.
(36) Ni creo que la hora vaya a llegar, y en el caso de que sea devuelto a mi Señor seguro que encontraré a cambio, algo mejor que estos dos jardines.
(37) Y su compañero, contestándole, dijo: ¿Eres ingrato con Aquel que te creó de la tierra, luego de una gota de semen y luego te dió forma como hombre?
(38) Pero Él es Allah, mi Señor y yo no asocio con mi Señor a nadie.
(39) Más te habría valido si al entrar en tu jardín hubieras dicho: Que sea lo que Allah quiera, no hay poder sino por Allah.Y si ves que tengo menos riquezas e hijos que tú...
(40) Puede ser que mi Señor me dé algo mejor que tu jardín y mande contra él algún castigo del cielo que lo deje como tierra lisa.
(41) O que su agua se pierda bajo la tierra sin que puedas encontrarla.
(42) Entonces su riqueza fue destruida y amaneció golpeándose las palmas de las manos por lo que se había gastado en él cuando ahora había quedado asolado hasta las raices y dijo: ¡Ojalá y no hubiera asociado a nadie con mi Señor!
(43) Y no tuvo ningún grupo que lo auxiliara aparte de Allah ni él mismo pudo ayudarse.
(44) Allí la victoria fue de Allah, la Verdad y Él es Quien mejor recompensa y Quien mejor castiga.
(45) Compárales la vida del mundo al agua que hacemos caer del cielo, con la que se mezclan las plantas de la tierra y luego se convierten en hierba seca y rota que el viento desparrama. Allah tiene poder sobre todas la cosas.