(116) Y realmente a los que se niegan a creer, de nada les servirán frente a Allah ni sus obras ni sus hijos. Ellos son los compañeros del Fuego, en el que serán inmortales.
(117) Lo que gastan en la vida del mundo es como un viento helado que azota los campos de un pueblo injusto consigo mismo y los arrasa.Pero no es Allah quien es injusto con ellos, sino que son ellos los injustos consigo mismos.
(118) ¡Vosotros que creéis! No toméis por amigos de confianza a quienes no sean de los vuestros, porque no cejarán en el empeño de corromperos; desean vuestro mal. La ira asoma por sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es aún peor.Y si razonáis, ya se os han aclarado los signos...
(119) ¿Pero cómo es que vosotros, que creéis en todos los libros revelados, los amáis mientras que ellos no os aman?Cuando se encuentran con vosotros dicen: Creemos.Pero cuando están a solas se muerden los dedos de rabia contra vosotros. Di: ¡Morid con vuestra rabia!Realmente Allah conoce lo que hay en los pechos.
(120) Si os llega un bien, les duele, y si os sobreviene un mal, se alegran por ello; pero si tenéis paciencia y sois temerosos, su intriga no os dañará en absoluto; es cierto que Allah rodea lo que hacen.
(121) Y cuando, a primera hora de la mañana, te ausentaste de tu familia para asignar a los creyentes sus puestos de combate... Y Allah es Oyente, Conocedor.