(105) Y soy verdadero. Tengo la obligación de no decir sobre Allah sino la verdad. Habéis tenido evidencias de vuestro Señor, así que dejad que vengan conmigo los hijos de Israel.
(106) Dijo: Si has traído un signo, muéstralo si es que dices la verdad.
(107) Entonces arrojó su vara y fue una serpiente claramente visible.
(108) Y se sacó la mano y ésta apareció blanca ante los que miraban*.
(109) Dijeron los principales de la gente de Firaún: Ciertamente es un mago experto
(110) que quiere expulsaros de vuestra tierra. ¿Qué es lo que deliberáis pues?
(111) Dijeron: Retenedlos a él y a su hermano y envía reclutadores por las ciudades
(112) que te traigan a todos los magos expertos.
(113) Y vinieron los magos de Firaún diciendo: ¿Seremos recompensados si somos los vencedores?
(114) Dijo: Sí, y estaréis entre los próximos a mí.
(115) Dijeron: ¡Musa! Arroja tú o lo haremos nosotros.
(116) Dijo: Arrojad vosotros. Y al hacerlo, hechizaron los ojos de la gente, los llenaron de miedo y produjeron una magia prodigiosa.
(117) Pero inspiramos a Musa: ¡Arroja tu vara! Y se tragó lo que habían falseado.
(118) Así prevaleció la verdad y se desvaneció lo que habían hecho.
(119) Allí fueron vencidos y quedaron empequeñecidos.
(120) Entonces los magos cayeron postrados.